Cambios clave en CSRD para empresas en 2025: Un resumen actualizado de los nuevos plazos, enfoques sectoriales y lecciones aprendidas del primer año obligatorio

LA

Sep 18, 2025Por Lia Assumpcao

La Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés) ha transformado el panorama del reporting no financiero en Europa. Su implementación en 2024 marcó un antes y un después para cientos de empresas que, por primera vez, tuvieron que alinear su información ESG con los nuevos Estándares Europeos de Información sobre Sostenibilidad (ESRS) elaborados por el EFRAG.

Pero la historia no termina ahí. En este artículo analizamos qué ha pasado durante el primer año de aplicación, qué desafíos han enfrentado las empresas, qué cambios están en marcha de cara a 2025 y por qué es fundamental prepararse con anticipación.

Un año clave para el reporting ESG

La CSRD entró en vigor para los informes del ejercicio fiscal 2024, aplicando inicialmente a las grandes empresas ya sujetas a la antigua NFRD. Estas organizaciones debían entregar en 2025 un informe de información no financiera (sostenibilidad) que cumpliera con los exigentes requisitos de los ESRS, abarcando distintas áreas que impactan a varios departamentos y funciones operativas dentro de la empresa.

Este nuevo enfoque trajo consigo una complejidad técnica significativa: no solo se exigía mayor volumen de información, sino también una alineación clara con el principio de doble materialidad, trazabilidad de los datos, y una vinculación explícita con los estándares ESRS.

En este contexto, el reglamento Omnibus introdujo modificaciones y propuestas de simplificación, buscando aliviar la carga especialmente para las empresas más pequeñas que comenzarán a reportar en los próximos años.

¿Qué aprendimos del primer año obligatorio?

El año 2024 ha sido una etapa de aprendizaje intensivo. Numerosas empresas europeas presentaron ya sus informes bajo los nuevos requisitos, y algunas han destacado como referentes por la calidad y claridad de sus reportes.

Empresas como Tele2, Mærsk, Lundbeck, Assa Abloy y Novo Nordisk han sido reconocidas por su enfoque estructurado, el uso de códigos ESRS en sus divulgaciones y por presentar información clara, conectada con la estrategia y los riesgos. Estas compañías lograron integrar la sostenibilidad en su narrativa corporativa y facilitar la comprensión de sus impactos, tanto para los reguladores como para los inversores y partes interesadas.

Sin embargo, también se han identificado múltiples desafíos. Para muchas organizaciones, la recopilación de datos ESG con trazabilidad y soporte documental fue una barrera importante.

También hubo dificultades para definir correctamente los temas materiales, aplicar los estándares con un enfoque sectorial apropiado y coordinar equipos internos no familiarizados con el lenguaje ESG.

La gente trabaja en la oficina. Ventanas de edificios con empleados trabajando en su interior. Negocio, Concepto Corporativo.

¿Qué está en juego? ¿A quiénes aplica?

A partir de 2025, la CSRD ampliará su alcance progresivamente: además de las empresas grandes sujetas al NFRD, se incorporarán otras grandes empresas no cotizadas, y posteriormente, las pymes cotizadas.

El cumplimiento no solo es una obligación regulatoria. Está en juego la credibilidad corporativa, el acceso a financiación sostenible, la confianza de inversores y la capacidad de anticipar riesgos emergentes vinculados al clima, la biodiversidad, los derechos humanos o la gobernanza.

Muchas empresas que no están aún formalmente obligadas, están empezando a prepararse. Ya sea porque pertenecen a cadenas de suministro de compañías reguladas, porque quieren atraer inversión sostenible o simplemente por una cuestión reputacional, el momento para actuar es ahora.

¿Dónde estamos hoy y qué viene para 2025?

En paralelo al primer año de implementación, la Comisión Europea y el EFRAG han avanzado en un proceso de simplificación. El objetivo es hacer más accesible la normativa sin sacrificar la calidad de la información.

Las propuestas de simplificación incluyen:

  • Ajuste de los umbrales de aplicación, para evitar sobrecargar a empresas pequeñas o medianas con estructuras limitadas.
  • Reducción de requerimientos de datos no esenciales, particularmente en los primeros años de aplicación.
  • Evitar superposiciones (overlapping), buscando una mayor armonización y eficiencia en la recopilación de datos.
  • Mayor claridad en los criterios de materialidad, para que las empresas puedan enfocar sus esfuerzos en lo verdaderamente relevante.
  • Expectativas más realistas sobre la auditoría limitada (limited assurance), que también se aplicará progresivamente.

Además, se espera la publicación de estándares sectoriales adaptados a industrias específicas, que permitirán una mayor comparabilidad y relevancia de los datos divulgados.

En este contexto, el paquete normativo conocido como "Omnibus" está generando debates y consultas públicas para ajustar el ritmo de implementación de CSRD y ESRS. El objetivo es lograr un equilibrio entre ambición y viabilidad operativa.

Conclusión: el camino hacia un ESG más estratégico

El primer año de aplicación de la CSRD ha sido exigente, pero ha ofrecido lecciones valiosas. Queda claro que no basta con cumplir; es necesario construir capacidades internas, invertir en sistemas de gestión de datos ESG y promover una cultura organizacional alineada con la sostenibilidad.

De cara a 2025, las empresas tienen una oportunidad única para evolucionar su reporting, integrarlo en su estrategia y posicionarse como actores responsables en el nuevo modelo económico europeo.